Llevo todo el fin de semana maquinando un post autocomplaciente, de esos destructivos contra mi propia personalidad. Pero me he dado cuenta de que no merece la pena. Si ya estamos imbuídos de la basura lanzada desde la oposición, los obispados y demás calaña de indudable valor humorístico y temible valor social, sólo faltaba Krasnaya para ir jodiendo la marrana, la verdad. Y es que llevo unos días deprimida y envidiosa. Pero joder, no tanto como los opositores de este país. Y eso que un profesor de Arqueología (votado popularmente para la orla con mi consiguiente desacuerdo. Y no es Platón) decía que la oposición que él conocía era algo constructivo para el gobierno, ayudante y caritativo. No sé en qué mundo vive. Esta tarde le miraré a ver si tiene antenitas... Y es que, cada día está más claro que lo único que se lanza en las tertulias radiofónicas son excrementos malolientes unos contra otros. Lo que se escucha en ficticias manifestaciones es mierda enviada con la más ínfima y asquerosa intención. Lo cierto es que sólo nos falta que venga Cavallo a vender el país (los argentinos le conocerán, Yeltsin no, estaba demasiado preocupado con la Vodka) O Menem, o yo qué sé. Cualquier día Ronaldinho sale con una camiseta en contra de Bush o Alonso se presenta a las elecciones (lo peor de esto es que las ganaría...) Yo no entiendo nada. Hace un mes pensaba que Piqué era el único sensato del PP. La Historia pone a cada uno en su lugar (aunque joder, ¿hace falta que sea tan rápido?) También hace poco que murió Rosa Parks. ¿La conocen? Tal vez no, les invito a ello. Su historia transcurre en un autobús. Su historia y la del mundo. Y eso sí es oposición.
|