El Barça ha ganado la liga y el país parece paralizado. Cosas del fútbol, ya saben, el fútbol es así, no hay rival pequeño, once contra diez... El domingo toca a su fin y mis veintidós recién cumplidos años caminan lozanos conmigo. El bastón todavía no apareció, mis amigos no lo consideraron necesario y es algo que se agradece. La mujer del César no sólo debe ser honrada sino parecerlo... Otro adiós en los morros, otra tarde lluviosa y otro coche alejándose. Maldita sea la distancia, malditos los cuentakilómetros, que con Iuda el traidor en el infierno ardan los mapas de carreteras y los hierros estáticos que me transportan. Maldita sea, otra vez lejos.
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