Dicen las malas lenguas que conocidos arqueólogos acosan a sus voluntarias cuando están en las campañas de excavación. Es cierto. Nunca he tenido la desgracia de toparme con ninguno, pero es una práctica habitual en este mundo en que vivimos. Lo cierto es que es muy lamentable que señores arqueólogos, catedráticos y demás investigadores de renombre de este país toquen literalmente el culo a sus alumnas o lleven a sus amantes en pública pompa dando un ejemplo lamentable. Todo esto se soluciona denunciando. Porque por mucho que os digan, chicas, nadie podrá cambiar un acta pero tú podrás cambiar a ese cabrón que está haciendo odiar tu vocación... Platón está hoy más muerto que nunca porque nunca pensé que Platón pudiera llegar a esto. Pero ya véis cómo está el mundo... Dios mío, paradlo que me apeo. PERO NUNCA, NUNCA JAMÁS UN CABRÓN DE ESTE TIPO ME HARÁ ODIAR MI VOCACIÓN, ESO ESTÁ CLARÍSIMO.
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