Después de otro de los días surrealistas de mi vida en el que llegué una hora tarde a una cita, me puse pingando por el camino, las de la biblioteca estaban amables y bajaron al depósito a deshora tan sólo para darme a mí dos libros... Después de todo esto, he decidido actualizar esta bitácora (que ya iba siendo hora, vamos) Pues nada, me siento completamente indignada tras escuchar los titulares en la radio. Hoy titulaba un periódico que el Quijote está teniendo un gran éxito mediático pero (porque siempre hay un pero, digan lo que digan) también nos comentaban que cada vez se lee menos en este país. No lo entiendo, sinceramente. Las televisiones hacen campaña pro-lectura a cada hora porque ya me dirán quién es capaz de tragarse toda la basura televisiva sin que le entren unas ganas horribles de coger un libro, apagar la tele y transportarse a un lugar apacible. Desde pequeña he sido una gran lectora. Mi madre siempre me recuerda cuando me apagaba la luz a las 10 y no me dejaba leer porque era tarde, hasta que un día me pasé llorando hasta las 3 de la madrugada y conseguí que me dejase leer... No entiendo a la gente que no lee, no entiendo cómo pueden vivir de espaldas a esos mundos mágicos que se esconden tras los libros. Si algún día prohibiesen la lectura, esta que os escribe probablemente cogería las hojas de un libro y se las clavaría en las venas... Por favor, leed, la lectura es lo mejor que os puede pasar. Leed en la playa (no importa que un libro se manche de arena, mi libro "1984" lo arrastraron las olas mientras me bañaba), leed en el tren y haced más corto vuestro viaje, leed en las salas de espera, leed en las clases cuando vuestro profesor sea aburrido, leed en el wáter (a no ser que seáis familia numerosa y tengáis sólo un baño...), leed antes de dormir... Pero por favor, ¡leed!
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