Extraído de la edición digital de El Mundo:
...La gente había empezado a vender sus propiedades básicas (desde vajillas resquebrajadas hasta manoseados libros de toda una vida) en las estaciones de metro para ganar unos rublos con los que redondear sus ingresos, los escasos restaurantes estaban destinados para ese 4% de la población "extremadamente rica" (ni siquiera los extranjeros se lo podían permitir), la corrupción hacía la burocracia insoportable y los ajustes de cuentas a navajazos proliferaban por la capital... ...Cuando Yeltsin abandonó el poder, las mafias controlaban el 30% de la economía del país ("la mafia son ellos", me dijo una vez un coronel de la Policía rusa al pasar frente al Parlamento). Otro dato en mi recuerdo: cuando dimitió el 97% de la población no le apoyaba. Su delfín, el oscuro Vladimir Putin, gozaba del respaldo del 1% de la población... Mónica G. Prieto, ex-corresponsal en Moscú.
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