... ya me tuve que enfadar. Ya estamos jodiendo con la pelotita. Y no, hoy no entré a leer el Mundo, ni en Hazteoír, ni Libertaddigital. Ahora de lo cercano, que es donde duele. ... Ya estamos con la jodida exageración. Ahora soy una exagerada pero vamos, que a mi lado, la Lydia Lozano se queda más corta que la picha de un japonés. No, me niego. La cuestión es si tal o cual persona mantienen una actitud extraña hacia mí. Casualmente, mi vínculo afectivo con esa persona no se reduce a lo que debería, sino que más bien, hay una fuerte atracción. ¿Correcto? Bien, sigamos. Casualmente una es una bocazas y si hay alguien que no lo sepa aún es que o es como lo del japonés o no se entera de la misa la media (que también puede ser porque la misa la lean en latín vulgar y pronuncien uves en vez de úes... todo es posible) (Inciso: Sí, sigo picada...) Casualmente a una siempre se la ha calificado de exagerada. Casualmente, mis sentimientos jamás importaron y sólo fue trascendente que yo exagerase. Pero es que ahora no es así. (Antes tampoco, los sentimientos magnifican y quien esté libre de pecado, que comience a apalear a la Magdalena) Y no es así porque nadie quiere entender este comezón que lleva dos años conmigo. Este escozor del alma y estas jodidas ilusiones. Les comprendo, es difícil. Pero al menos, se podía hacer un esfuerzo. Y sí, es triste, lo sé. No lo puedo evitar... ... Pero, joder, por lo menos, no os limitéis a decir que exagero. No nací ayer.
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