No lo puedo evitar, sigo leyendo "Vita" (aunque solo llegué a la página número 15) y me ha emocionado tanto que debo recomendar a todos los buenos lectores que acometan las primeras páginas de este libro. Se trata de una descripción magistral de un pueblo tras la guerra, una anciana en el portal de su casa destruída. Aquí las últimas líneas: " El polvo se ha asentado. La colina es una gibosidad de ceniza gris. A sus espaldas, en la llanura carbonizada, el río Garigliano es una luminosa cinta verde. El mar es azul como siempre lo fue. ¿Dónde está Dionisia?, pregunta finalmente. Vita quiere que haga esta pregunta. Y él está aquí por eso, al fin y al cabo. La vieja no dice nada en esta ocasión. Coge otra vez las agujas, da unos tirones al ovillo, entrelaza las puntas, anuda los hilos, los separa. Asiente. Indica el punto sobre el que está sentado. La montaña de cascotes. Entonces el capitán se da cuenta de que no hay vuelta atrás. Está sentado sobre el cuerpo de la madre de su madre." |