"Tengo en mi poder la traducción de un sermón recientemente predicado por el obispo metropolitano de Moscú, la más alta autoridad eclesiástica de esa que es la más santa ciudad del imperio ruso. En dicho discurso aparecen las siguientes palabras: "Creemos que nuestro muy piadoso Soberano está inspirado por el Espíritu Santo en todos sus actos para el bien de su pueblo. Es el ungido mediante el cual Dios en persona nos gobierna. Nos da leyes que recibimos como un don de Dios. Su voluntad decide nuestra suerte, y nosotros nos sometemos a ella, puesto que es la voluntad de Dios"J.L. Stoddard, "Red-Letter Days Abroad" Boston, 1884.
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