Entre los relatos de carácter más o menos legendario que poseemos sobre la conquista del Occidente, no deja de sorprender el gran número de personajes femeninos. Incluso antes de que aparezca en la historia el enigmático personaje de la Kahìna, la conquista de África del Norte se inicia con el episodio de la hija del patricio bizantino Yaryir (Gregorio), que su padre promete a aquél de sus soldados que mate al caudillo árabe `Abd Allâh ibn Sa`d. La muchacha es alzada sobre un pavés, rodeada de sus doncellas suntuosamente vestidas, y el caudillo árabe la promete, por su parte, a aquél de los suyos que dé muerte al general bizantino. Tras la victoria de los musulmanes, se la lleva cautiva uno de los guerreros que le canta los siguientes versos:
"Hija de Yaryîr, tienes que andar, en el Hiyàz te espera tu dueña, con un odre sacarás el agua en Quba"
Cuando le tradujeron estos versos la joven bizantina se arrojó del camello que la transportaba y murió con la nuca rota. (Pierre Guichard, "Al-Andalus. Estructura antropológica de una sociedad islámica en occidente")
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