... me perdí dans le port d'Amsterdam...
Momentos de confusión. Mi encefalograma, hoy plano para ciertas respuestas, lanzando efluvios rojizos al aire. Tu pelo, aclarado por el sol y encrespado, diciéndome lo que no debo hacer. ¿Pero, acaso quiero? Risa. Palabras. Libros. Gente, mucha gente. Estar rodeado de gente y un único índice gravitatorio: tú; eclipse de la mente como lo fue el del sábado noche. El Capital en la mesilla. Dos billetes de tren. Una promesa. Una esperanza. ¿Un viaje a Madrid? Un país en la mochila, su cáncer de próstata (cúrate pronto, Jose Antonio) El otra vez irse y dejarte. Dejaros... Una cena pesada. Un recuerdo. Un pelo cano (¿uno sólo?) Un transtorno bipolar. Una Arantxa discutiendo por teléfono al sol de Milán. Un hámster haciendo ruido a la una y media de la madrugada, en un salón lleno de muñecos. Y yo pensando en ti. De nuevo... On a vu souvent Rejaillir le feu De l'ancient volcan Qu'on croyait top vieux Il est parâit-il Des terres brûlées Donnant plus le blé Qu'un mellieur avril Et quand vient le soir Pour qu'un ciel flamboie Le rouge et le noir Ne s'épousent -ils pas. Ne me quitte pas... Ne me quitte pas...
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Carajo, de toda unas señoras mañana y tarde juntas vas y recuerdas el momento discusión telefónica XD yes lo peor xD
Neni!. Ya se te echa de menos. Desde el mismo momento en que me venía en tren se te echó de menos. Y lo que nos hubiéramos reído hoy; tú no sabes quién tá sentáo justo enfrente mío en la sala de ordenadores (sólo diré dos palabras arrastraes : "bueeeeeeno, yo").
Ánimo prciosa, ya te queda menos. Y el trastorno bipolar (esperemos) se curará un poco a la llegada del calor, que las ropas de lino despejan la mente.
Mientras, yo te lo vigilo y te espero aquí, al ladito de la máquina de café que apesta a Nocciolino. Te quiero!