¡Dejen de casarse, por dios! Mañana, otra vez. Los felices novios serán Diego y Beatriz. Los infelices pasafrío, modelito supermono, repeinado demodé y mucho dinero menos en el bolso, la que suscribe y su novio (y sus suegros, sus cuñados, sus miles de familiares) Será en Santander, ese lugar que juré nunca pisar. Y el domingo, prometida una mariscada (será lo único bueno) Toca sufrir...
Por otro lado, además de que los ratones siguen siendo aburridos, engordando, manchando y oliendo a ratas. Y no tienen una jaula decente donde sobrevivir a mí. (Se aceptan sugerencias)
Y, la noticia desesperada del día. Me han aceptado en el Máster de Arqueología y Territorio de Granada. Durante los próximos 9 meses a partir de ¡casi ya! estaré por esos lares. Os echaré de menos (a no ser, que vengáis o venga) Porque si nadie lo remedia (un cupón premiado, una primitiva, que me hagan coger el de Madrid...) echaré la matrícula en dos semanas. Total, sé que no me echaréis de menos, cabrones...
Besos, abrazos y cuescos diversos.
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¡¡¡FELICIDADEEEEESH, cabrita!!!
Nueve meses ... siempre había dicho que la arqueología es como un embarazo. Ya me contarás, y pillate un piso decente, que si podemos iremos a verte, ya estoy abriendo las páginas de ALSA y Renfe para informarme de cuánto tendré que apretarme el cinturón.
Y claro que se te echará de menos, joven vaccea, esos interminables paseos por el departamento de medieval, esos diarios nunca acabados, esa máquina del asqueroso café de avellana (qué mente retorcida puede idear algo así?)...
besazos!