Del artículo de Terry Judd para The Independence (estractos):
"A los tres años de la invasión encabezada por Estados Unidos, las seculares libertades de las iraquíes -la envidia, en otro tiempo, de las demás mujeres de Oriente Medio- se han visto arrebatadas por el islam militante en auge por todo Iraq (...) Muchas han sido rapadas por negarse a llevar pañuelo o apedreadas en la calle por ir maquilladas. Otras han sido secuestradas y asesinadas por delitos tipificados sin más como conducta inadecuada (...) El mero hecho de llevar unos vaqueros es considerado un acto de desafío punible con la muerte (...) Una mujer de Basora, la doctora Kefaya, trabajaba atendiendo a mujeres y a niños en el hospital de la ciudad universitaria. De pronto, empezó a recibir amenazas de los extremistas, aunque no les hizo caso. Un día, un hombre entró en el hospital y la mató (...) Bajo Saddam, las mujeres desempeñaron un papel pequeño en la vida política, pero las empresarias y las profesoras universitarias pudieron moverse sin problemas por el país, y sus hijas se mezclaron libremente con los varones en la universidad (...) De modo periódico se emiten fatuas prohibiendo a las mujeres conducir o ser vistas solas por la calle (...) La periodista Shatta Karim cuenta: "Iba un día conduciendo mi coche cuando alguien me golpeó y me sacó de la carretera. En la actualidad, si una mujer es vista conduciendo, se considera que es una violación de los derechos de los hombres" (...) Las mujeres del Consejo provincial tenían muchos sueños, pero se les dijo: "Con todo respeto, lo cierto es que vosotras no sabéis nada. Éste es un mundo de hombres."
¡Gracias al señor Bush por traer la democracia y la libertad a Iraq. Por respetar los derechos humanos por donde quiera que va!
¡Todavía hay quien dice que los buenos son los yankis! ¡Loemos al salvador de Occidente! Hay que joderse.
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