Desempolvar viejas fotos te hace ver las amistades perdidas, los estúpidos que te dejaron de hablar sólo dios sabe por qué, y los que aún están ahí. Lejos. Pero están. El Rey Brujo es una de esas personas de las que es imposible no enamorarse. Es un conquistador por excelencia (de los buenos, no en vano, es un apasionado de la Historia Militar) y sé que estaba pasando una mala racha. En Barbastro, el lugar donde enseñar el ombligo es un pecado. Forma parte de la troupè de amigos en la distancia pero muy cerca de todos los que le adoramos (como patrono de los orcos malignos y como amigo inefable) Y hoy me he acordado de él viendo las fotografías del Bucanero, ese día que no se repetirá porque no son todos los que estaban ni estarán todos los que eran. Es una pena... |