... En mi mente lleva sonando una canción de Sabina desde hace tiempo. En mi corazón, la Piquer restalla el ambiente con sus coplas, su llanto se cuela por los rincones de la facultad. Hace calor, y el tiempo acompaña para largarse a correr mil aventuras, carbayonas, pero aventuras. No. Hoy es día de exposición. Leerse 56 artículos para un trabajo de clase es mucho. Estudiar como una perrilla (que diría la Phente) para comprender un fenómeno prefeudal, también. Pero Murphy era muy sabio y aun a sabiendas de que no sé nada, puedo llegar a comprender que una ley debería decir que la cantidad de esfuerzo y de interés invertido en un trabajo es inversamente proporcional a la calidad de la presentación que hagas. Que lo dicho anteriormente también será inversamente proporcional a la nota que saques pero directamente proporcional al tamaño de la cagada... Que sí, leñes. Que la he cagáo. Primeramente por acabar un power point a las dos de la mañana acordándome de la lata que dan mis hermanos, de la que dan mis padres, de la salud de la Jurado (q.e.p.d) y de que el Internet no llegue más allá de la mesa. Segundo porque si jamás en mi puñetera vida me han traicionado los nervios, tenía que ser hoy, en la clase que más me importaba, en la asignatura que mejor me sé, con el profesor que mejor me cae y con un tema que me conozco al dedillo. Tercero, porque después de la eyaculación precoz de mi presentación, aún me pregunto qué he hecho mal y me desquicio y me como este tarro tan sufrido. Cuarto, porque voy a suspender, no de manera física, pero al menos, en mi mente sí, he suspendido, la he cagado, en demasía, un cero enorme, una pista de fórmula uno en mi expediente. No será así, no lo tendré, pero moralmente sí. Y que todo es una mierda. Todo, absolutamente, que hay cosas que es mejor no contar, que hay cosas que es mejor no vivir y, quedarse en blanco, como una estúpida delante de un público pasota y después de todo ese puñetero esfuerzo y todas las lecturas, eso, es algo no deseable a nadie. Soy un fracaso. Si no valgo para esto, no valgo para nada. De hecho, no valgo para nada... A la mierda.
|