No se puede escuchar la radio por la mañana, es mucho mejor ir a clase, relajarse dormitando con la historia de la historiografía (v.l.r.)
Soy una reconocida ecologista. Pertenezco a varias asociaciones, Greenpeace, Adena y otras ONG. También soy socialista, mucho, eso es algo de dominio público. Pues bien, dado el clima de crispación que vive este país me avergüenzo mucho de estar, al fin, de acuerdo con un político del PP. Claro que ese no es Mariano, ni Ángel, ni Eduardo. Evidentemente tampoco José María, ni Esperanza. Más bien un político curioso (desde el punto de vista tradicional)
Ruiz-Gallardón prohibirá a los coches de más de diez años entrar en el centro de la ciudad de Madrid.
Bien. El fin de semana pasado estuve en Madrid con Phentesilea. Madrid es una ciudad apasionante pero sucia. Tanto por su contaminación como por sus sempiternos andamios y obras. Pero lo más importante son las partículas flotantes que hay en el aire madrileño por culpa ¿de qué? de los coches. Evidentemente Madrid es una ciudad grande, mucha gente necesita su cochem para desplazarse. Pero evidentemente también, Madrid tiene una red de metro envidiable, una de las mejores redes de metro del mundo. Además de una flota de autobuses que, por los atascos, no suele ser eficiente.
Pero es que no se trata de ir en metro o ir en autobús. Se trata de salud pública. Un coche de hace diez años contamina mucho más que un coche moderno. Es cierto que hay gente que no puede permitirse el cambiar de coche. Lo sé. Pero para eso están las líneas de metro y autobús. Y no me vengan con la sonatina de que es caro, porque ir en coche sale siempre mucho más caro que ir en el transporte público. Y lo dice alguien a quien el trayecto Atocha-Glorieta de Bilbao le parece un paseo, que no cogería el metro para recorrerlo.
Lo que pasa es que somos demasiado cómodos. Pero lo que más me fastidia de todo esto es, joder, estar de acuerdo con un alcalde del PP en esto. Protestamos porque nos morimos de cáncer en las ciudades. Protestamos porque hay humo, porque no hay agua y los egoístas del Norte (como yo) no se la queremos dar destruyendo nuestros ecosistemas. Protestamos por todo. Pero a la hora de encontrar soluciones como la que propone Gallardón, seguimos protestando porque ¡oye! que voy a tener que sacrificarme yo, pero si eso es cosa de los políticos...
El método "protestar por todo" ha sido eficiente siempre que alguien ha querido ganar unas elecciones o llegar a algo en política. Pero no con la salud pública. Protestamos porque tenemos una central nuclear al lado de casa pero cuando nos la quitan, protestamos porque desaparecen puestos de trabajo...
Estoy de acuerdo con Ruiz-Gallardón. Estoy de acuerdo que una ciudad como Madrid no puede permitirse poner en peligro el nivel de vida de sus ciudadanos. También es cierto, como con el fumar, que cuando nos demos cuenta de que gastamos más en medicamentos para el cáncer (o derivados de la contaminación) que en lo que habríamos gastado en coger el metro más a menudo, tal vez nos demos cuenta que esa ley nos beneficiaba. El sacrificio personal es jodido, sí. Pero más jodido es andar hecho un asco tan sólo por la cabezonería de querer ir en tu coche...
Es muy triste, os aseguro, es muy pero que muy triste escuchar al alcalde de Madrid recomendando a la gente que no salga a correr por el Retiro, que se compren mascarillas y que tengan cuidado con los niños pequeños por el centro. ¿Qué estamos haciendo con nuestro mundo aparte de protestar?
Aplaudo la iniciativa de Gallardón. No es todo lo que se puede hacer, sin duda, pero alguien comienza a dar pasos para conseguir una mejor calidad de vida. Aplaudo y me avergüenzo de las críticas socialistas al asunto. Yo soy una persona en la que nadie pondría en duda su socialismo, la que menos se esperaría ser pepera, pero hay cosas que están bien, hay cosas que son necesarias, las haga Gallardón, ZP o Felipe el de los Palotes. Hay buenas iniciativas y, en vez de protestar, seamos socialistas, seamos populares, comunistas, peronistas o aznaristas, debemos apoyarlas. Es por nuestro bien.
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