Estoy como una cabra. No una cabra cualquiera, no, una de esas tremenda que van por el monte y se suben a los riscos más empinados sin temor al peligro, con esos cuernos que acoj**** (por si los niños) y esa cara de faltosas que también echa pa'trás. Una completa cabra. Y eso, para una tauro genuina que, además, se siente totalmente torapilla, es malo. Primero tengo lo que fue una hermosa mantis religiosa carbonizada encima del acuario. Luego me corto un dedo cortando queso y ahora me da por ver documentales de la 2 (esto sí que es peligroso, niños, no lo hagáis en casa...) Pero lo que más me preocupa es el sueño de anteanoche. El caso es que mi "suegro" me cortaba un brazo con un cuchillo jamonero pero el brazo no se me caía porque lo llevaba en la mano O_o. Luego me cortaba una pierna, pero sólo un hueso que yo, estúpida de mí que soy en sueños, decía que era un fémur (y para alguien que lleva cuatro años excavando tumbas, confundir aunque sea en sueños un fémur con una tibia es algo muy grave) Bueno, como sólo me cortaba uno podía caminar cojeando... Pues me iba al hospital y el "suegro" quería ir a tomar algo antes de ir a Urgencias. No sé cómo le convencía para ir a Urgencias a mi novio y después de subir con un brazo colgando y una pierna medio partida (ainss) más de ciento treinta escaleras cubiertas de musgo, nos encontramos que Urgencias es un vertedero de desperdicios donde se tira la gente. Me asomo y una chica con un enorme cuchillo me dice que no me tire pero un hombre con la cara pintada de blanco que, extrañamente se parecía a Raúl el de Segeda (en fin...) me dice que sí, que ahí curan. Yo me tiro y acabo en unos wáteres donde la gente está como encerrada pidiendo socorro. Intento huir pero aparece otro tío con la cara pintada de blanco con un escalpelo en la mano diciendo "jaja, ven aquí, preciosa". A todo esto me despierto gritando un "NOOOO" tremendo que despierta al hermano de mi novio el cual se pone a protestar y yo no peudo volver a dormir. Admito psicoanálisis aunque el resultado es conocido: cabricie total...
Por otro lado, ya que no hay avalancha de preguntas acerca de la mantis, contaré a grandes rasgos su historia. Darth Verde (que así se llamó) apareció un día en la cata de Raúl (sí, el de la cara blanca y el escalpelo) y, amablemente me la regaló. La pusimos a luchar con infinidad de bichos de todo tipo hasta que algún depravado mental me aconsejó, para mayor espectáculo, encerrarla con una avispa. La avispa perdió tanto la cabeza como sus alas, pero Darth Verde quedó herida de muerte, agonizando lentamente hasta la noche. En su honor, Segeda se vistió de luto y le honró con funerales de guerrero en los que su espada, lanza, escudo, ropa de gala y caballo croquetil le acompañaron mientras yo, su viuda, hacía real su última voluntad, contar el chiste de la Ranita (que no contaré aquí, pero se admiten botellas de sidra para que lo cuente) He aquí la historia de Darth Verde, aguerrida guerrera que murió matando a la avispa miserable. Hale, ya escribí mucho (que estaba falta de ideas, esto de tener que actualizar... :P)
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