Inspira y respira varias veces. Escucha a los Creedence relajadamente e intenta olvidar el disco de la Mirinda que está sonando en el tocadiscos de tu padre. Olvida también el Puzzle Bubble y los gritos de tus hermanos, olvida que tu otro hermano está en el wáter al que intentas entrar desde hace más de media hora. No puedes dormir.
Las clases, los exámenes, la carrera, en fin, cinco años de tu vida, han acabado hoy. Nunca más a la Historia Moderna, ni a la Contemporánea, a la mierda todos. Y todo con un sabor agridulce, la matrícula de honor esperada no ha llegado. ¿Qué haces? Envías un estúpido email a tu profesor que sabes que se niega rotundamente a responder o hacer uso de su teléfono para responder a tus dudas. Genial.
Soy libre y la libertad huele a fréjoles con tomate, caminatas hasta el Hipercor y Cash Converters, Kebabs y hermanos (muchos hermanos) Y mientras, tanto, paso el rato buscando fotos de Brendan Fraser... ¿se puede caer más bajo?
|