Aún no comprendo muy bien el por qué de este blog, tal vez las ganas de expresarse hayan podido con la pudicticia, el ordo matronarum haya decaído o las costumbres de los Padres de la Iglesia no hayan calado en mí. No lo sé. No lo sabré. Pero lo cierto es que estoy aquí... ¿Por qué Hades? Todo comienza con los mejores años de tu vida, esos en que los exámenes te agobian, los profesores te intentan inculcar algo práctico que te te empeñas en desechar, esos en los que confundes al Padre Vitoria con Ginés de Sepúveda y demás tonterías; esos en los que tu vida social, aun nimia, es la parte fundamental de tu existencia. Son los años del tren (todavía no tienes tu coche), los años de los viajes infantiles, de considerarte un friki de los buenos (que en verdad lo eres) Y en medio de esos años, con tu compañera de fatigas, descubres que te has convertido en el dios de los muertos (y no solo por tu trabajo, sino por que sí, porque así lo has decidido y en los spots políticos dicen que los jóvenes tenemos poder para lo que queramos) Sí, soy Hades y ella ha elegido ser Perséfone, mi Koré, la compañera a la que no olvidaré aunque nos separemos para siempre (cuando vuelva con su madre a repoblar los campos estación tras estación) Son las ilusiones juveniles, esa resistencia a crecer la que nos permite manifestar en público nuestra ilusión. Seremos los dioses del inframundo, porque podemos, porque nos une una fuerza imperiosa, un poder más allá de la juventud. Seremos eternos Peter Panes en un mundo que sigue cambiando mientras intentamos mantenerlo tranquilo... "Y tú, Impúdica Perséfone..."
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