Título: Sherlock Holmes. Título original: Sherlock Holmes. Género: Acción y aventuras. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 128 minutos. Estreno: 25 de diciembre de 2009 (EEUU), 15 de enero de 2010 (España) Director: Guy Ritchie.
Es, sin duda, uno de los estrenos más esperados del año. Una cinta llena de acción, muy alejada de la ya rancia imagen del detective inglés a la que Hollywood nos había acostumbrado, muy lejos del sombrero de cazador, la pipa y lo elemental de su relación con Watson. Guy Ritchie ha conseguido hacer una cinta moderna, con mucha acción y con una historia bien tejida. Y, como no podía ser de otra manera, eligiendo a los más acertados actores para cada uno de los papeles.
La historia comienza con la detención, por parte de Sherlock Holmes de un peligroso miembro de una sociedad secreta que se encuentra realizando un sacrificio. Tras ser llevado a la cárcel y a la espera de juicio, las vidas de Sherlock y Watson van por caminos diferentes, mientras que el segundo prepara su boda con Mary, el primero experimenta los efectos de drogas varias y se mantiene encerrado en su casa. Sin embargo, el día de la ejecución de Blackwood, después de que Watson confirmase la muerte del preso, comienzan a sucederse extraños sucesos que empiezan con la desaparición del cuerpo del ejecutado y su sustitución por otro. Aquí es donde la pareja de investigadores comienza su aventura, una acción continua para deshacer los planes de la sociedad secreta para dominar el mundo entero a través del parlamento inglés y una trama en la que se cruzarán personajes como el profesor Moriarty o el álter ego femenino de Sherlock, la increíblemente astuta e inteligente Irene Adler.
La cinta de Guy Ritchie forma parte de toda una revolución en el género de las aventuras clásicas. A menudo se la ha acusado de tomarse a la ligera la representación de un mito de la literatura universal como es Sherlock Holmes, sin embargo, releyendo los libros y relatos del detective, nos encontramos a un Holmes muy distinto de lo que hasta ahora se había representado en la gran pantalla, Sherlock Holmes pierde su aire estirado e intelectual de sillón para convertirse en un consumidor de cocaína, perdedor emocional pero una astuta mente empírica capaz de practicar sus experimentos con el perro de Watson o consigo mismo. También muestra una faceta activa que es lo que convierte a la película en una cinta de acción ininterrumpida. Aquí Sherlock no es el del gorro de cazador de gamos ni pasa horas y horas fumando en pipa dándole vueltas a los casos sino que pone en práctica habilidades que el propio Conan Doyle dio a su personaje, como la de experto luchador de boxeo, en una de las escenas de más impacto visual de la cinta y preludio de su reencuentro con Adler.
Se ha dicho que la película de Ritchie constituye una mezcla entre las aventuras de Sir Doyle y las películas de James Bond. En efecto, el director ha conseguido darle un aire moderno, para todos los públicos y que, personalmente creo, que será aceptada por la mayor parte del público. Las escenas de acción son trepidantes, excelentemente acompañadas por una banda sonora muy correcta. La actuación del reparto es, simplemente, soberbia. Da gusto reencontrarse con Robert Downey Jr. totalmente recuperado de sus años oscuros y entregado a películas soberbias; da absoluto placer ver a Jude Law reinventando al personaje de Watson, olvidándose del cascarrabias y encarnando una actividad frenética, muchas veces impulsada por las mentiras de Holmes pero en la que se ve una actuación impresionante. El resto del reparto es, sencillamente genial, desde Blackwood hasta el último parlamentario inglés, toda la ambientación y actuación de la película es correctísima, no sólo hace que las dos horas se pasen en un suspiro sino que por momentos uno se encuentra caminando por las calles de Londres o navegando por sus puertos.
Estamos, en conclusión, ante una de las cintas más esperadas del año, dirigida por el sensacional Guy Ritchie que nunca defrauda desde que nos sorprendió con Snach o Lock Stock y protagonizada por actores muy en auge en los últimos tiempos, como son Downey y Law. Se trata de cine comercial de los diseñados para entretener, pero a un nivel superior a cualquier comedia. Es una película que cualquier espectador con ganas de pasar dos muy buenas horas no debe perderse, en este caso, el precio de la entrada garantiza un espectáculo trepidante a lo largo de toda la proyección. Es una película que no debería perderse nadie. Palabrita del niño Jesús. |
Intentar vender esta película como una adaptación fiel al original literario es cuanto menos temerario.
Cualquiera que haya leído la obra de Conan Doyle sabe que Sherlock Holmes nunca sería encontrado en pelota picada en la cama de una damisela. También sabe que no era hombre de réplicas graciosas -aunque sí inteligenetes, por supuesto- y que pese a que, efectivamente, era un hombre de acción -recuérdese su asombrosa facilidad para disfrazarse y sobre todo su dominio del boxeo- ésto debe ser entendido bajo el prisma decimonónico. Sherlock Holmes no era Bruce Lee.
Si aceptamos sin prejuicios la personal visión de Guy Ritchie, la obra puede ser un gran pasatiempo. Por tanto, abstenerse los puristas del sabueso victoriano.
PD: Por cierto, no podía ser más desacertado el reparto. ¿Un yanki haciendo de Holmes? ¿Un tío guapete y carismático haciendo de Watson?