El Hades, tu morada

El domingo siempre es un día triste, intermedio entre la felicidad del sábado y sus noches interminables, y entre la languidez de los odiados lunes. Como decía Rosendo, siempre hay una historia y la historia de mis sábados es la de una interminable cháchara en muy buena compañía y de litros y litros de productos que en Chicago hace no mucho tiempo costarían cabezas... Y, mientras los Brincos llenan el éter de mi habitación con sus desengaños amorosos espero la visita de Phentesilea que se nos marcha a Bruselas a disfrutar de unas vacaciones muy merecidas para ella. Mi tarde de domingo será triste, como la de mucha gente, pero yo estaré feliz de saber que estoy aquí y que dentro de nada será otra vez sábado y volveremos a emborracharnos como perros y a seguir charlando de nuestras platonerías... Mientras tanto, haremos que la semana se nos pase de la mejor forma posible...

Mejor era cuando decías que también me querías, ahora todo pasó... Mejor era cuando pensaba que me necesitabas, ahora todo pasó. Y tú, tú, tú ya no eres igual, no me digas que sí. No sé lo que pensar, no sé lo que decir. Mejor era cuando creía que tú me comprendías, ahora veo que no... Mejor era cuando creía que tú no me mentías, ahora veo que sí. Y tú, tú, tú ya no eres igual, no me digas que sí. No sé lo que pensar, no sé lo que decir. Mejor, será olvidar tu amor... será mejor, tal vez para los dos, tal vez para los dos. Mejor era cuando decías que también me querías ahora todo pasó... Mejor era cuando pensaba que me necesitabas, ahora todo pasó. Y tú, tú, tú ya no eres igual, no me digas que sí. No sé lo que pensar, no sé lo que decir...

PD. Estoy intentando dejar esto del amor platónico, a ver si me ayudáis... Cómo diría Camilo Sesto "siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora..." (ni posibilidades siquiera, vamos...) Así que ahora me cambio a escuchar al Fernando Esteso y su Ramona...



PD2.¿No es impresionante? Se trata del Wasa, rescatado en los años 60 por arqueólogos submarinos cuando aún nadie confiaba en este tipo de experimento.

La gente me señala, me apuntan con el dedo, susurra a mis espaldas y a mí me importa un bledo. Qué más me da si soy distinta a ellos, no soy de nadie, no tengo dueño. Yo sé que me critican, me consta que me odian, la envidia les corroe, mi vida les agobia. Por qué será, yo no tengo la culpa, mi circunstancia les insulta. Mi destino es el que yo decido, el que yo elijo para mí. A quién le importa lo que yo hago, a quien le importa lo que yo digo, yo soy así y así seguiré y nunca cambiaré (X2)
Quizá la culpa es mía por no seguir la norma, ya es demasiado tarde para cambiar ahora. Me mantendré firme en mis convicciones, reforzaré mis posiciones. Mi destino es el que yo decido, el que yo elijo para mí. A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga, yo soy así y así seguiré y nunca cambiaré (x4) (Alaska y Dinarama)

Que se apunten al cuento los que se empeñan en señalar cada cosa que hago, los que me llaman pelota, los que se quejan porque no estudio lo suficiente, los que me odian simplemente por no tener reparos en tocar tierra, los que me quitan la cara y no me saludan, los que no comprenden que se pueda uno reir de la vida, los que no entiendan que también tengo sentimientos aunque sea graciosa, los que me llaman charlatana, los que me llaman trepa, los que no se crean que sea amiga de profesores de la Complutense, los que no confían en mí para realizar proyectos y, en general todos los que se meten conmigo en el día a día simplemente porque "la envidia les corroe". A todos ellos, que sepan que me importa tres narices y que no voy a cambiar aunque sólo sea por joder...

Después de otro de los días surrealistas de mi vida en el que llegué una hora tarde a una cita, me puse pingando por el camino, las de la biblioteca estaban amables y bajaron al depósito a deshora tan sólo para darme a mí dos libros... Después de todo esto, he decidido actualizar esta bitácora (que ya iba siendo hora, vamos)
Pues nada, me siento completamente indignada tras escuchar los titulares en la radio. Hoy titulaba un periódico que el Quijote está teniendo un gran éxito mediático pero (porque siempre hay un pero, digan lo que digan) también nos comentaban que cada vez se lee menos en este país.
No lo entiendo, sinceramente. Las televisiones hacen campaña pro-lectura a cada hora porque ya me dirán quién es capaz de tragarse toda la basura televisiva sin que le entren unas ganas horribles de coger un libro, apagar la tele y transportarse a un lugar apacible.
Desde pequeña he sido una gran lectora. Mi madre siempre me recuerda cuando me apagaba la luz a las 10 y no me dejaba leer porque era tarde, hasta que un día me pasé llorando hasta las 3 de la madrugada y conseguí que me dejase leer... No entiendo a la gente que no lee, no entiendo cómo pueden vivir de espaldas a esos mundos mágicos que se esconden tras los libros. Si algún día prohibiesen la lectura, esta que os escribe probablemente cogería las hojas de un libro y se las clavaría en las venas...
Por favor, leed, la lectura es lo mejor que os puede pasar. Leed en la playa (no importa que un libro se manche de arena, mi libro "1984" lo arrastraron las olas mientras me bañaba), leed en el tren y haced más corto vuestro viaje, leed en las salas de espera, leed en las clases cuando vuestro profesor sea aburrido, leed en el wáter (a no ser que seáis familia numerosa y tengáis sólo un baño...), leed antes de dormir... Pero por favor, ¡leed!

Algún día contaré abiertamente las trampillas de mi intimidad, relajaré mis palabras hasta descubrirme inocente, correteando por montes de papel, cuan Heidi adoratriz del viejo barbudo gañán y cascarrabias. Algún día oraré a San Judas Tadeo que me acosa constantemente y dejaré perseguir un sueño imposible o no tanto, pero no programado para mí. Dejaré probablemente los movimientos ondulantes en los largos pasillos del conocimiento, dejaré de titubear escondiéndome en una razón que no me acompaña ni lo hará jamás. Sé que el sol de Bizancio causará mi ocaso, me envolverá y todo dejará de ser el mundo de duda y penumbras mentales que me acosa. "De como arruinar tu vida profesional en un minuto" dejará de ser mi libro de cabecera y ya no lloraré la desgracia de los proyectores para admirar por un minuto más tu calavera, la calota blanca ennegrecida por el fuego de la antorcha unida por los estrechos lazos del contacto. Algún día dejaré de desear que llegue el martes ¿o era el miércoles, jueves o viernes? mi conciencia dirá basta de locura, basta de petulancia, apaga a Labordeta y a Börte y concéntrate en tu vida miserable. Y yo le haré caso, rendida por el cansancio diario del rechazo o por la misma ignorancia de su impenetrable pretil. Odiaré las saeteras que se abren en la antes infranqueable muralla de mi ser, odiaré la naturalidad del dios y curaré la herida arrancando de cuajo y sin tormento el amargo trozo de madera pútrida que me acompaña. Algún día Idanha dejará de ser hermosa y el sonido de la guerra ya no me producirá pavor. Algún día dejaré de mirarte y el camino que me precede será el único destino interesante que ante mí se abra.
Algún día podré ser normal. Algún día seré tuya, arqueología...

Ayer, día de la República no posteé. La verdad, no porque no se me ocurriera nada que contar, sino porque las asignaturas del G-9 por Internet me matan poquito a poco y tuve que dedicar toda la puñetera tarde a buscar, primero plantas cardiotónicas y después otras estomáquicas... En fin, esos son los fregáos, como dice mi msn, amén de la educación indígena, recursos y población, erosión y los tocapelotas de los vetones.

Como pequeño homenaje a la República, ayer terminé de leer La Voz Dormida, de Dulce Chacón y me reafirmé más en mis posiciones políticas y en todos mis pensamientos en general. Recomiendo su lectura, aunque es un libro duro de leer, que me arrancó lágrimas en el tren mientras los demás me miraban con cara de "¿qué le pasa a esa pobre chica?", que te deja una sensación de impotencia y terror manifiesto a la posibilidad de que en algún lugar del mundo, aún hoy pueda estar sucediendo algo así... Leedlo, no os dejará indiferentes.

Y claro, terminar un libro implica una elección, la del siguiente. En este caso, y ya que los libros de las bibliografías recomendadas en clase no me suelen atraer y los que lo hacen nunca están disponibles en las bibliotecas, revolviendo por la estantería de Historia de mi habitación, encontré un libro que mi tío Alfonso me dejó hace más de cuatro años (antes de empezar la carrera) Mundos sumergidos es un libro que te transporta en un viaje narcótico por el océano, por el pasado y por el presente de las investigaciones. Mundos Sumergidos es un gran libro que te cuenta que Cousteau, cuando inventó un traje de buzo, se quedó cabeza abajo y de su superación y tesón para conseguir acercar esta disciplina a todos los interesados. Para mis compañeros de Historia, que sé que me leen aunque no se manifiesten a menudo, recomiendo también su lectura, me veréis con él por clase disfrutando como una enana. Si os interesa, os lo puedo prestar.

Nada más en la vida, creo que tengo que contar amén de la salida nocturna de ayer, en que Sofía me presentó a un chico de Quinto con el que tuvimos una animada conversación hasta las 4 de la madrugada acerca del interés biológico de la arqueología... Ya véis, otros hablan de fútbol, los frikis como nosotros (porque además lo somos y los tres jugamos a rol :P) de cosas tan extrañas como esa. Y luego llaman friki a Tamara... en fin... Me marcho a seguir con la botánica, que aún me quedan ocho plantas por buscar...

Este día raro cuan los haya, me estoy reformando ¿me volveré una estudiosa compulsiva como mucha gente de mi clase? ¿me volveré antisocial y envidiaré a los que tienen vida aparte de la Universidad? Ni idea, espero que no. El caso es que hoy me he llevado un mazazo gordo que me va a costar mucho asimilar. Se supone que llevo cuatro años preparándome intensivamente para la arqueología, que valgo para ello (si no valiera, hace mucho que hubiera tirado la toalla, esto se sabe si te gusta en cuanto pasas todo un verano a pico y pala de manera gratuita para los demás) Y bien, resultado del examen de arqueología: un 2. O sea, la nota más baja de toda la historia de mis notas (a saber, notable de media en el San Vicente, siete sobresalientes en el último año del instituto y demás) Me quejo. He de hacerlo. Vale que Elías nos avisó de que iba a caer el foro, vale que cayó el foro, vale que pudiera no haber sido tan difícil en el caso de haberme pasado dos meses chapando. Pero no lo hice. Para mí la arqueología no es estudiarse de memoria una guía turística con todos los edificios del foro, para mí y para el resto de la humanidad no es eso, afortunadamente... La arqueología se lleva en la sangre, creo yo. Pero lo que me jode de todo esto, es que yo, tendré un expediente con un manchón en la asignatura a la cual quiero dedicar mi vida. Todo por un estúpido profesor que da lo que le sale de las narices para mayor gloria de aquellos que piensan que cuando excavas te encuentras el foro romano y que la tierra es asquerosa y los muertos "¡ajkt! ¡qué asco me dan!" Es cojonudo. Pero yo no soy de las que pierden la cabeza por haber suspendido un examen, la verdad. Ahí están San Junio y San Septiembre a quienes se encomiendan los mediocres estudiantes como yo y otros no tan mediocres que, para mi sorpresa, también han suspendido (con más puntos que yo, pero suspensos al fin y al cabo) No hay que preocuparse, la preocupación vale de poco, aunque he de admitir que me pasé toda la mañana temblando y con el pulso nada firme, acongojada y acojonada, a punto de llorar por haber suspendido precisamente esa, mi asignatura más preciada, mi profesión Dios mediante. No me veo capacitada para sacar un 8 con Avelino por muy buen profesor que sea, por muy peloteable que sea, por muchos trabajos que le haga, me veo en septiembre estudiando de nuevo el puñetero foro que ya ha conseguido que odie... San Avelino, líbranos del mal. Amén.

Por otro lado, mi versión más sentimental está aflorando hoy en mí. Nada más llegar a casa me puse a Enya sabiendo que cualquier melodía suya me produce lágrimas y lo que es peor, después de Enya, a David Arkenstone (gracias Saifont, no te olvidaré aunque hablemos poco, ese Cailleach's whisper aún me hace llorar) Me encontré a una señora bien vestida en la estación de tren que se me acercó llorando a pedirme limosna y yo le respondí el típico "lo siento, no llevo nada encima" sabiendo que era mentira. Más adelante me fijé en ella y me dio pena, ¿qué le habría pasado? ¿por qué alguien así pediría limosna llorando a la puerta del tren? No lo sé, pero me ha hecho sentirme mal... Otra vez.

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Te echo de menos. Lo sabes, te lo he dicho. No sé si tu sentimiento será igual que el mío, espero que sí. Recuerdo diariamente las risas entre papeles semiescritos mientras escuchábamos el monótono refluir del latín vulgar, las monótonas lápidas y las piedras derruídas de los antepasados. Te echo de menos como nunca he echado a nadie, amiga. Después de tus palabras me he hecho más culta porque la lectura afluye en mí para intentar suplir tu ausencia, pero no me llenan del todo. En los caminos de hierro se hace presente más que nunca tu conversación pasada. Ningún libro puede sustituir tu voz. Te echo de menos porque nadie comprende nuestras bromas, porque el mundo no es lo mismo sin ti, porque ya no me interesa la arqueología, ni América, ni el pasado de los hombres, ni los contratos de compraventa medievales, al menos no tanto como me podían gustar antes, como podía disfrutar de una tortura si tú estabas a mi lado. Te echo de menos porque creo que ya no habrá empresa de arqueología, porque los cursos serán aburridos sin ti, porque nuestros caminos quizás se hayan separado para siempre. Tú, oradora profesional. Yo, suspendedora, echadora de menos y añoradora amateur, siempre amateur sin tu confianza. Te echo de menos. Te echaré de menos., siempre, tuya Natalia. Mía, mi amiga, Arantxa.

La evolución humana da mucho que hablar. Tanto como para rellenar hojas y hojas de papel y cientos y cientos de megas cibernéticos. Todos estamos muy orgullosos de vivir en esta era contemporánea, todos nos vanagloriamos de ser los mejores, de ser los más ricos, de ser los más civilizados. Pero ¿qué ha cambiado para nosotros desde aquellas épocas inmemoriales?
La respuesta es: Nada.
En mi humilde visión de futura historiadora y/o arqueóloga he de decir que la sociedad actual me parece avanzada, sí, pero no tanto como nos hacen creer. No hemos logrado superar la muerte e, incluso, tenemos más miedo a morir que nuestros antepasados. No conseguimos una paz duradera, es más, tenemos muchas más guerras y conflictos que en otras épocas. La cultura está experimentando un arduo retroceso cuando en el pasado se tenía por buena a cualquier persona culta y ese era el resultado deseado de cualquier vida, la sabiduría. No hemos respondido a las preguntas vitales ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? ¿por qué estamos aquí? y nos hemos deshecho de la filosofía clásica como modo de explicación del alma sustituyéndola por una ciencia al servicio de la guerra y las potencias mundiales. ¿En qué nos diferenciamos de nuestros antepasados? Sí, ahora tenemos mejores armas, unas armas capaces de destruir el mundo quinientas veces, sabemos que en la luna hubo agua ¿y de qué nos sirve si hay millones de personas muriéndose de sed en el mundo? El derroche llega a límites insospechados mientras la mayor parte del mundo no verá junta en sus manos una cantidad que le permita llegar a comprarse un televisor, por ejemplo.
De hecho, estas comodidades de las que gozamos y de que tan orgullosas estamos, estos ordenadores superpotentísimos (nacidos como todo el mundo sabe, la conexión a internet, como arma de guerra de los servicios secretos), esta televisión, este teléfono, etcétera ¿no existían antes en forma de cartas, espectáculos públicos gratuitos, correos a caballo y demás? Creemos que nuestros antepasados no tenían derecho a la diversión por ser sociedades incivilizadas (o al menos así las llamamos) pero lo cierto es que quizás se divertían mucho más que nosotros, al menos no estropeaban sus neuronas con las horas y horas de videojuegos, no estropeaban sus ojos delante de la tele, no perdían tiempo de cultura tragando programas del corazón. No, amigos, no, la sociedad no ha evolucionado...
Lo que sí es cierto es que ahora todo se hace por ánimo de lucro. El cine, la televisión por cable, la televisión normal (a modo de anuncios interminables), la radio (ídem), los periódicos, el teatro, el fútbol... ¿qué son aparte de un modo de amasar dinero de sus propietarios? Y bien, en la antigua Roma, los espectáculos públicos eran gratuitos, bueno, no tanto, al igual que la televisión, los espectáculos públicos eran una forma de anuncio para quien los patrocinaba o para quien había construido el edificio. ¿En qué hemos evolucionado? Ahora el prestigio se denosta, ahora sólo importa el dinero.
La guerra es otro método muy lucrativo para enriquecerse. En la Antigüedad, las guerras servían para obtener territorios de los cuales sacar recursos naturales. Ahora, sirven para que las grandes empresas (como Samsung, Sagem etc, que además de ser empresas de electrodomésticos tienen una factoría militar) vendan a la superpotencia en cuestión y ésta gaste esos instrumentos en destruir cualquier población con recursos y que no oponga mucha resistencia (¿por qué no atacan el régimen coreano, uno de los más sanguinarios del mundo?) ¿En qué hemos cambiado? En que ahora las guerras no se realizan cara a cara, como antes. Ahora basta apretar un botón para que una población entera con inocentes o no, desaparezca y con ella tus preocupaciones. Maravillosa evolución.
La comida. No merece comentario, creo yo. Nos atiborramos de basura, le damos de comer vacas a las vacas, o les trituramos huesos de ovejas muertas, o infinidad de guarradas que hasta me da asco comentar. Envenenamos nuestros hígados con grasas de comida basura, nos deprimimos y lo único que nos calma es la comida. Dios mío, seguro que el garum no podía ser peor. ¿En qué hemos cambiado si la mitad del mundo se muere de hambre mientras nosotros tiramos los bordes de las pizzas? (mea culpa)
Comodidades aparte, ¿acaso no podía ser cómoda la cabaña circular, la villae, el castillo para quienes lo habitaban? Si no lo fuera ¿vivirían allí? Es estúpido pensar que porque nuestro sofá venga de IKEA seamos más civilizados y superiores que los demás y quítame allá ese triclinium...

Para ir terminando, quizás sea una paranoia existencialista, que lo es quizás no tenga razón en cuanto a los avances en salubridad, aunque, en más de 5000 años, algo se avanzará (los romanos tenían una medicina envidiable para su época) quizás no estéis nadie de acuerdo con mis planteamientos pero lo cierto es que a mí me parece que el come y calla que nos intentan colar en modo civilización tiene bastante poco de los valores humanos y progreso del que todos nos debiéramos preocupar. Más bien parece un anuncio de Nike, Gables, Barnes & Nobles, IKEA o cualquier churripanda de marca chupiguayquéguapoeselmundo. No podemos echar la vista atrás, se nos dice ¿no? Pobre del que no reconozca sus errores pasados, pobre del que no conozca la Historia, pobre del que no tenga conciencia del presente y el pasado, pues no la tendrá en el futuro. Pobres de nosotros que tragamos la cucharada mientras decimos amén, alabado sea el mundo. Pobre mundo. Requestem in pacem. Sid Tibi Terra Levis. Amén.

.)

Me siento muy mal. Acabo de vender un trocito de mi vida al mejor postor. Sí, si os fijáis, debajo de Cinema Paradiso se encuentran unos anuncios de Google. Lo sé, soy lo peor. Cualquier oferta tentadora me llama y Google dice que si la gente clickea ahí, dan dinero, no sé si es cierto, pero tenía que probar. Lo siento. Estoy vendida pero me gustaría que no me lo tengáis en cuenta... Dios, ¿qué he hecho? Ahora debería pediros que clickeéis en ese banner para yo ganar dinero, pero no lo voy a hacer, me duele en el alma. Sólo os pido que si vosotros os incorporáis al AdSense este de las narices, me lo digáis para perdonar mi mal clickeando en vuestros blogs y que todos ganemos dinero (si es que es cierto esto)

Perdón.

Aquí una vez más, en la capital del vino, haciendo ilegalidades con los cedés que ya os contaré (no vaya a ser que los maravillosos macarras de la esgae (y lo pongo así no vaya a ser que rastreen :P) me pillen haciendo estas cosas tan malas que acabarán convirtiéndose en algo peor que el holocausto a la velocidad que vamos... Pues dos amigos y mi novio están echando una partida al Vampire y estarán matando vacas así que para que no digáis que no actualizo el blog, aquí estoy, con los bolsillos vacíos y nada que decir.
Quitando que el profesor de arqueología me plantó, que no soy capaz de ver de una puñetera vez SuperSize Me y que Team America tiene muy buena pinta. Amén de que mañana vuelvo a la capital de la hermosura, a la ciudad de oro, a Gijón... (:P) En el especial de Tecnología del Jueves vienen infinidad de chistes sobre weblogs (uséase, esto) que me hacen replantearme la verdadera utilidad pública de mis sentimientos, ¿de verdad a alguien le interesa o sólo a mí? ¿es un sitio de desahogos existenciales o un modo de comunicación como cualquier otro con más o menos adeptos? Queda abierto el debate en Comments...

Hoy es otro día raro de esos en los que Logroño ha dejado de ofrecerme misterio y me quedo en casa de mi novio haciendo cotidianedades habituales como cocinar, dormir, leer, ver la televisión o escuchar la radio. Y fue precisamente en la radio donde escuché la enésima gilipollez de la semana:

-Lo ideal es que no haya tantos universitarios, que la gente se apunte a formación profesional, que de verdad sirve para algo y hay demanda.

He de decir que a estas alturas de carrera una ya está curada de espantos tales, pero aún así sigue jodiendo en lo más profundo del alma. ¿Qué le pasa a la gente? Ya no se valoran los principios que te enseña la Universidad, ya no se valoran sus carreras, ya no se valora la masa humana que la mueve... No sé si escribir el post más largo de mi vida o callarme ya y dejar que las palabras hablen por sí solas, creo que esto último será lo mejor...

Por otro lado, en mi lista de profesores adorables se me olvidó mencionar a mi profesor de Historia Contemporánea de España de tercer curso: José María Moro Barreñada, un hombre al que acudían tan sólo 7 personas a su clase (miento, 7 matriculados, íbamos tres) Un hombre sabio con multitud de artículos muy interesantes sobre la peste y más temas concernientes a su área de saber. Un hombre pausado y agradable, todo un caballero. A él también gracias.

Hoy me siento rara, de un raro oscuro, un raro azul marino o negro, pero raro al fin y al cabo. No sé lo que quiero es la frase que mejor me define en estos días. Tengo todo para ser feliz y aún así me emberenjeno cada vez que puedo, me entristezco cuando nos conceden más horas de sueño algunos días (quienes me conocéis sabéis a qué o quién me refiero) a punto de llorar estoy habitualmente si no le arranco una palabra o si me fijo en lo cruel que es el paso del tiempo para con todos... No sé qué hacer... ¿Se llama a esto amor? No puede ser, estoy enamorada, mi amor está aquí conmigo, en la cama, durmiendo apaciblemente esperando que le abrace. Si no es eso ¿qué cojones es? y, la pregunta del millón ¿por qué narices me declararía yo seguidora de la doctrina de Platón? Ay, dios mío, qué complicada es el alma femenina hasta para que las que tenemos el gusto de usarla...

¿Por qué no me funciona el messenger? Cawensumantu.

Gran día, zapatos que calan y llueve, clase de arqueología para dormir a los insomnes, hora de asueto en que no se hace nada, conferencia llena de frases inconexas, el messenger no furrula, el champú que me compró mi madre no me gusta... ¿Qué más puede pasar? ¿Se estropeará el tren camino de Logroño? Dios.

Ayer me encontré con Pepi, mi maestra del colegio San Vicente, aquella mujer ruda que nos enseñaba tanto matemáticas como ciencias naturales y demás materias que conocía a la perfección. Como si de una madre se tratase, me recordó que había adelgazado, que me cuidara, que el trabajo había que currárselo, que estaba muy guapa y más cosas que suelen decir las abuelas cuando te ven. Me enterneció. Cuando era más joven y correteaba por el instituto persiguiendo hombres nunca me paré a pensar en aquella gente que se deslomaba en clase intentando hacernos comprender el por qué de las cosas. Nunca había apreciado a los maestros hasta que empecé a la Universidad. No se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde. La Universidad es fría, eruditos de cualquier edad llegan y descargan sin importarles si les entiendes o no, si apruebas o no. Pepi no era así, por eso igual no quiso ser profesora universitaria... Pepi me ha enseñado mucho de lo que sé, tengo que estarle muy agradecida tanto yo como todos los que aún tienen la suerte de contar con esa profesora de carácter rudo pero siempre preocupada por el aprendizaje de sus alumnos.

Recuerdo con cariño que, en octavo, el último año en el colegio, pasaba una libreta para que mis compañeros y profesores me dedicasen algunas palabras. Todo elogios vanos vacíos, en cambio, Pepi, mi Pepi, la Pepi de mi quinta me escribió "Hay que espabilar" Y nunca me lo tomé a mal, siempre intenté superarme a partir de esa frase lapidaria.

Por ella, por Pepi a la que le regalábamos flores todos los San Josés y se ponía colorada como una niña pequeña a quien hicimos un regalo el último año. Por mis maestros que siempre han procurado hacerme aprender. A todos ellos, gracias. Estos son:

Sor Emilia: Me enseñó a leer, a escribir, a sumar, a restar... Me sacaba los dientes de leche a tirones y no me dejaba ir al baño :)

Sor María: Nos daba caponazos en clase cuando nos fallaba la ortografía. Nos dio clase en tercero de EGB. Al pobre Maikel lo tenía amargado de la vida. Pequeñita, con mala leche, pero un cielo de mujer, la Sorma, nuestra SorMa. Gracias a ella nunca tendré faltas de ortografía.

Pepi: Poco más he de decir de Pepi que no haya dicho ya y las palabras son vanas para describir a esta mujer maravillosa y dedicada maestra.

José Antonio: Nos dio inglés un año pero se enfadó con la directora y lo echaron del colegio. Una lamentable pérdida, era un gran profesor y hacía entretenida la asignatura.

Flor: Sí, estaba un poco aventolada, lo sé, pero también hizo que el inglés no fuera tan áspero. Me predijo un futuro de escritora brillante, se equivocó, probablemente pero si algún día publico algo, estará dedicado a ella.

Carmen Rico: Mi profesora de Historia. Nadie la tragaba en el Instituto, era el hueso. Pero me hizo interesarme por una asignatura que no me apasionaba lo más mínimo y ya véis, aquí estoy, en cuarto de Historia. Gracias.

Fernando Fueyo: Era el capellán del Sporting y el Arcipreste de Gijón. Nos daba Religión como no puede ser de otra manera. Una constante risa en una asignatura con un éxito de público increíble gracias a él.

Luis Carlos de Prado: El mejor profesor de latín que haya tenido nunca ni tendré jamás. "¿A dónde se agarra un pintor cuando le quitas la escalera" y "Ayyy, que lo digo" sus frases favoritas. Era otro considerado hueso, pero piel de lobo y cuerpo de oveja, grandísimo paisano que acabó con depresión por culpa de la gente del instituto, los macarras. Le recuerdo con gran cariño.

María Eugenia: Profesora de griego moderno y clásico. Su pasión por Grecia llegaba al alma... nunca he conocido a nadie tan apasionada por su asignatura como esta mujer. Un tesoro.

Cipriano: Antropólogo. Hacía que las cuatro de la tarde no fueran la hora de la siesta sino del aprendizaje de otras culturas. Gracias a él soy friki de Marvin Harris... 1er curso.

Asensio: Un prehistoriador capaz de acudir a clase con un propulsor y usarlo pasando la flecha a pocos centímetros de la cabeza de un alumno... Sin comentarios... 1er curso.

Tresguerres: Se dice que es cura dominico, pero no lo sé, nadie me ha confirmado. En fin, un hombre funcional, así como su afición a comer perros, excavar en Jordania y hacerte abrir la mente. Para él, lo circular no es útil. 1er curso.

Carmen García: Es un cielo de mujer y sabe mucho, pero habla muy rápido, dios mío y no da tiempo a copiar nadaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Maravillosa (por ahora) 4ºcurso.

Avelino: Otro encanto de hombre, dispuesto a hacerte rellenar crucigramas en clase y a proponerte actividades sorpresa... Arqueólogo. ¿Apasionado de las balistas y las torres romanas de época tardoantigua? Un cielo (por ahora) 4º curso.

Qué grandes son estas personas que se encargan de hacernos apasionante lo que no puede serlo por naturaleza (o al menos para los que no tienen la suerte de encontrarse con ellos...) Gracias a Pepi, siempre profesora mía esa luz de sabiduría y buen hacer. Cuando oigo denostar a un profesor o maestro, cuando veo la macarrería en los institutos me dan ganas de llorar pensando en lo mucho que se esfuerzan para hacernos ser un poquito mejores cada día, para enseñarnos lo básico o para perfeccionar y descubir nuestro talento.

Gracias.

(C) In nomine domine amen. Equum et racionabile est ut ea que verduntur ne oblivioni tradantur litteris confirmentur. Ea propter ego Garcia Gonzalviz cum uxore mea dompna Maria Petriz et filiabus meis donna Sancia et donna Eldoncia vobis omnes canonicos santi salvatoris vendo vobis illam meam casam quam ego adquisivei de Maria Martiniz Ceras in pergua et [de]dit mihi quando me recepit in filium et ista casa stat in barrio Santi Tirsi inter casa de dompno Illano et illa vestra casa de illos canonicos et in fronte stant illas vestras casas de sancta Gadia. Vendo vobis predictam casam pro octoginta morabetinos bonos et directos quos mihi dedistis. Hoc precium fuit placibile inter me et vos et de hoc preciunm apud vos nichil remansit et si magis valet illam casam quam precium sit dimissum ita ut ab hac die et deinceps de nostro iure sit abstensa et in vestro iure sit tradita et confirmata habeatis possideatis pro meo anniversario sicut uam positum est usque in perpetuum et debeo vibos guarire illa pertoto tempore aqualicumque homo contrariaverit vobis super illa. Siquis igitur hoc meum factum infringere temptaverit tam nos quam aliquis ex progenie nostra vel extramena quisquis fuerit qui talia comiserit sic maldictus et excomunicatus et cum iuda domini proditore sit in inferno dampnatus et pro temporali dampno persolvat vobis vel pulsanti vocem vestram ducentos aureos et parti regie aluid tanti exsolvat.

Facta karta in era Mª CCª LXª VIIº idus aprilus.

Regnante rege adefonso in legione galletie et asturis. Epos Iohanes in sede oveti. Ego Gartia Gonsalves eum uxore mea dompna Maria Petriz et filiabus nostris domina Sancia et domina Eldoncia hanc karta quam sieri iussimus et legere audivimus propriis roborabimus et confirmavimus et signa inietimus (S)

Qui presentis fuerunt Dominis Ioanes conf. Archidiaconno domino Munnione et Suari archidiaconnus conf. Didacus archidiaconnus conf. Gundissalu archidiaconnus conf. Rodericus Guntriz magister scolarum conf. Elyas cantori conf. Arias thesaurari conf. Fernand Ceveri canonicus conf. Feraldus Nichola con. Munio Velaz cannonicus conf. Iohanes Rinaldi canonicus conf. Ioanes Nochilaus dominici canonicus conf. Martinus Petri canonicus. Stephanus Pardo canonicus conf. Petrus Petri Didaci miles conf. Roderici Guterriz de solis Nevares miles conf. Alfonsus Pelaius miles conf. Alvarus Dida miles conf. Fernandus Roderici miles conf et alis plures.

PD. Hale, ya me quedé a gusto.

Siempre es triste acabar una mereth, sobre todo si es la que más has disfrutado después de mereth de Cuernavilla. Para no olvidar esos momentos, recuerdo fotográfico:

Ya estoy aquí, he vuelto a la vida más o menos normal, han quedado atrás las vacaciones, esa mereth de Talavera, ese café del Starbucks en Madrid y esa mágica Cuenca. Ahora Logroño me mira y yo le miro con los ojos cruzados porque sé que el martes estaré en Gijón, en Oviedo, en las clases y todo volverá a ser como antes porque nada quedará de las vacaciones excepto los recuerdos los nuevos amigos cibernéticos y las fotos olvidadas en alguna sucia carpeta infestada de virus de mi ordenador. Aunque estoy feliz, otra vez repetiremos el viaje y volverá la magia, mientras tanto, debemos prepararnos para afrontar la rutina.

Natalia.

PD. Seguiré contando en cuanto borre los 94 mensajes nuevos del email.